Pensamientos que Vuelan

Rapidísimos, obsesiones, ideas, consejos...

sábado, febrero 02, 2008

Chispazos de recuerdos

Quiero hacer un recuerdo de mis vacaciones cuando niña.

Mamá nos enviaba todas las vacaciones de invierno y verano al campo de la abuelita, llamado Purimávida. Éste quedaba entre Menque y Coelemu, cerca del campo el Aromo y el fundo de los Bravo, en la Octava Región.

Tengo algunos recuerdos. Viajábamos en tren de Concepción hasta la estación de Menque y ahí comenzábamos la caminata. La abuelita nos decía que eran como tres leguas hasta la casa en el campo. Yo y mis hermanos no sabíamos que significaba eso exactamente, sólo sentíamos que era un trayecto muy largo para nosotros que eramos niños. Haciendo cortadas, metiéndonos a barrancas y saliendo de ellas, por fin llegábamos. A veces nos encontraba algún camión maderero y nos acercaba un poco, pero las más de las oportunidades, había que tirar y tirar la chala, osea, caminar y caminar.

Qué lindos recuerdos. Yo me dedicaba a recoger avellanas para después secarlas y llevarlas a Concepción. Ahí hacía negocio y quedaba feliz con las moneditas obtenidas. Pero ahora que pienso y recuerdo, "chitas" que me tiene que haber costado llegar a la estación de regreso con mi quintal de avellanas ya que teníamos que caminar de vuelta todo el trayecto hecho de ida, pero ahora con peso.

Mis hermanos también recolectaban avellanas, pero yo era la que mas empeño le ponía: recogía muchas. Recuerdo una vez cuando andábamos buscándolas y agaché la copa de un arból en el que había un nido de ratones: casi me cayeron en la cabeza. !Qué susto mas grande! Sentía en mi espalda los bichos. Pero lueguito me repuse del miedo y seguimos sacando las avellanas de los árboles.

Tenía una amiga que me gritaba todos los dias para que fuera a tomar leche a su casa. !Que lindo ver sacar la leche de la vaca, mirar cómo tomaba el ternerito, ver hacer los quesos! Todos son bellos recuerdos que quedan grabados. Esa vida en el campo me sirvió muchísimo para conocer lo que es arar, saber lo que es un mingaco, la emparva, la trilla, las saca de papas, etc.

Nos tirábamos en chalaca que era una tabla y rodábamos por los bosques de pinos, felices. Si nos caíamos, nos sacudíamos y a seguir disfrutándo.

Cerca de la casa pasa un rio y en el invierno con las lluvias subía muchísimo. Nosotros curiosos íbamos a mirar, muchas veces se cortaba el puentecito que teníamos para cruzar al camino, y nosotros felices tirando piedras, o palos, o botecitos al rio, en el verano bañándose y buscando pececitos.

Otra cosa que recuerdo es que nos gustaba ir a robar pita para hacer lazo a los chanchos. El mismo río del que antes hablé pasaba cerca de una casa sola y a sus orillas estaban las matas de pita. Esto quedaba mas o menos a unas seis cuadras de la casa de la abuelita. En una oportunidad un huaso que andaba por ahí, quizo meternos susto y hecho a correr los caballos por el río. Nosotros salimos arrancando que nos llevaba el diablo. Corriendo por encima de los montículos de aserrin se me enterró una de las chalitas que llevaba puestas y pedí ayuda a mis hermanos. Pero nada, ellos corrían adelante y yo tuve que volver solita a buscarla ya que había quedado enterrada. !Qué buenos hermanos tenía, cómo me cuidaban. Claro, yo era la mayor.